Algunos escriben su vida en hojas, Yo la escribo en fotos…
Cada mujer tiene su propósito de vida, algunas desean ser madres, otras no, pero les es imposible y con ayuda pueden tener alguna probabilidad, yo pertenezco a ese grupo que sus probabilidades llegaron a feliz término. Perdí mi bebé en el año 2016 y luego de haber escuchado de famosos especialistas que mis probabilidades de ser madre eran muy bajas, centré todas mis energías en estudiar el Posgrado que había aplazado durante varios años, y es ahí cuando empieza mi gran aventura.
Largas noches de estudio más los síntomas del embarazo no fueron impedimento en que pueda amar cada patadita de mi hija en la barriga o las lecturas y análisis de casos para rendir exámenes de conocimiento, no niego que a veces era muy tedioso estudiar y atender a mi primera hija en las noches de estudio, las manos de mi esposo fueron mi soporte en el primer año de esta aventura, largos viajes a Quito desde Loja, y mi mayor miedo era que mi hija no se enferme en los viajes, varias veces a la madrugada nos quedamos sentadas en sala de espera y otras llegábamos a Loja y debía dejarla con mi Madre porque mis responsabilidades como Dircom en mi lugar de trabajo ameritaban mi presencia y liderazgo.
No solo era estudiante de posgrado, compañera, esposa, directora de comunicación también era madre de Susana Martina. Varias historias y situaciones surgían a mi entorno, la presión del trabajo, los altos y bajos del matrimonio y muchas cosas más quebrantaron mi salud, y es ahí cuando el principal diagnóstico fue EMBARAZO, lo escribo con mayúsculas porque para mí fue una noticia muy intensa ya que mi primera hija apenas tenía 9 meses de nacida, entre llanto y alegría mi vida seguía su curso, siendo doblemente madre, viajando con mi hija en brazos, la barriguita creciendo y mi esposo apoyándome.
Pero en esta aventura no la viví sola la viví con mi esposo, familia, amigas y compañeros de maestría, recuerdo que una amiga muy querida Andrea me decía inicias la maestría embarazada y la culminas embarazada. Solo puedo decirle que Dios me sonríe con dos hijas Susana Martina y Amelia del Pilar, nadie nace siendo madre, pero aprende en el camino, espero acercarme a la perfección, con toda esta experiencia que conlleva ser Mamá hoy me encuentro fabricando ropa maternal. Yo te he contado mi historia, ahora tu cuéntame la tuya. Buen viento y Buena Mar