Cada pareja vive una historia de amor diferente y al momento de organizar su boda quieren plasmar su esencia en cada detalle; al elegir el lugar de la recepción, el menú, la decoración, las invitaciones y más. Aquí cada detalle cuenta y es parte importante para el gran día. Todo lo hacen en pareja y son decisiones conjuntas. Sin embargo, hay una gran decisión que la toma solo la mujer y es la elección de su vestido de novia. Las bodas están llenas de tradición y la elección del vestido por parte de la novia en compañía de su madre, hermanas o mejores amigas es parte del ritual, se dice que el novio no puede ver a su futura esposa vestida de blanco hasta el día de la boda.
Esta y muchas tradiciones se siguen respetando hasta el día de hoy para conservar ese momento mágico de sorprender al novio y a los invitados al llegar al altar. Por esta y muchas otras razones la novia debe elegir el vestido por sí sola, un momento tan importante donde ella quiere destacarse, quiere brillar, ser el centro de atención y generar un efecto WOW en su día, un día que será memorable en su vida y la de su pareja.
Al ser una decisión tan importante es fundamental considerar ciertos puntos esenciales para elegir de forma más fácil y segura el vestido de tus sueños. En primer lugar, se debe destinar un presupuesto para el vestido y todo el ajuar, es decir, zapatos, joyas, velo o tiara y ropa interior. Muchas personas creen que esto no es importante, sin embargo, es una de las preguntas que siempre le hacen a la novia en cada lugar donde busca su vestido, ya que existen prendas de todo precio, desde $150 hasta $80.000 dólares o más. Gracias al presupuesto destinado, la novia podrá realizar una lista de lugares, diseñadores o proveedores que dispongan hermosos vestidos acorde al valor presupuestado, recuerda que el precio no siempre es un indicador de calidad, detalle o belleza. Como segundo punto es fundamental analizar la decoración elegida para la boda ya que el vestido deberá ir acorde a la ocasión.
Por ejemplo si la boda es al aire libre de un estilo hippie chic, con detalles colgados en los árboles como atrapasueños o velas, salas lounge hechas de palets de madera con cojines de colores y decoración con gerberas o girasoles, el vestido de la novia deberá mostrar un estilo semejante, podría utilizar uno bohemio que sea ligero, no muy amplio con brocados o vuelos, llevar un tocado de flores naturales en la cabeza y peinada con una trenza de lado o cabello rizo suelto, maquillaje muy sutil, aretes pequeños o sin ellos y zapatos cómodos.
En cambio, si es un matrimonio en la noche en un espacio cerrado con la decoración ambiente de un castillo, vajilla de porcelana con filos dorados, cubiertos de oro, candelabros gigantes, grandes arreglos florales y más. El vestido de la novia podría ser uno estilo princesa de tul, organza o encaje con detalles bordados o pedrería, cola larga y falda muy amplia, zapatos o sandalias altas con pedrería, cabello recogido con un velo largo y aretes de diamantes o piedras preciosas.
En una boda prima la armonía visual, por esto es importante tomar en cuenta cada detalle desde su organización y planificación. Tanto la novia como el novio deben ser parte de todo el concepto visual del evento, es decir, una boda cuenta una historia desde el momento en que el invitado recibe la invitación, va a la ceremonia y disfruta de la recepción, cada detalle debe contar la misma historia, una donde la novia y la novia son los personajes principales. Si al momento de comprar un vestido no se toma en cuenta el estilo y decoración de la boda, podemos cometer el error de contar un cuento diferente y romper la armonía visual de todo el evento. En la próxima edición te contamos más
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