EL PRECIO DE LA DIVERSIÓN…
Y cuando hablo del precio no necesariamente es una cifra numérica que se vincula con el dinero, sino a todo lo que en el diario vivir nosotros los ¨vendedores de felicidad¨ tenemos que hacer, pasar o renunciar para que nuestra gente sienta por un par de horas esa adrenalina que lo llamamos diversión.
¿Pertenecer al mundo del entretenimiento es un pecado?. Categóricamente NO, lejos de ser juzgados, reprimidos o censurados, somos quienes apalancan al sector turístico, que gran falta hace.
Jueves 5 de marzo del 2020 la fecha exacta en que se daba la noticia en el Ecuador que nuestro sector desde ese día no podría volver a trabajar. Ambato no fue la excepción, un comunicado que a todos nos cogió de sorpresa y hasta el día de hoy no tiene fecha de caducidad.
No entendíamos, ni estábamos preparados y todo apuntaba a un encierro colectivo.
Las luces se apagaron, la música dejo de sonar, la pista de baile quedó vacía… los parlantes, los micrófonos, los DJ´s y animadores, todo se paralizo dejando un silencio en ¨la voz de los que no tenemos voz¨. La fiesta, los amigos, los momentos que cada fin de semana preparábamos se postergarían por un largo tiempo.
Han pasado algunos meses y las cuestiones llegan a la mente. ¿Cómo en un pequeño espacio puede caber tanta alegría? ¿Cómo algo invisible logro paralizar al mundo?
Los recuerdos sacan a flote una frase ¨trillada¨ pero muy cierta, éramos felices y no lo sabíamos, donde cada foto deja en evidencia las sonrisas, un buen baile, una buena compañía, un gran abrazo de gol que le dabas a tu pana que quizás le vez todos los días pero se sentía diferente por que estabas en ese pequeño lugar, las charlas interminables con tu grupo de amigos, las velas, el cumpleañero, esa canción que te hacia reír o llorar… ese grito del animador: ¨Donde están las mujeres solteeeeras¨ y que sin duda de tanta euforia hasta los hombres gritaban.
Y si, se puso una pausa…. aceptamos esa pausa, porque nosotros los vendedores de alegría también asimilamos el problema, nuestra obligación es con ustedes, de cuidarte a ti y a nuestras familias y por eso también nos quedamos en casa.
Volveremos más fuertes, volveremos a llenar de luces tus eventos, volveremos a capturar tus mejores momentos y guardarlos en recuerdos, volveremos hacerte bailar, a compartir a soñar a festejar tus logros y ser parte de tus éxitos.
Y cuando hablo del precio no necesariamente es una cifra numérica que se vincula con el dinero, sino a todo lo que en el diario vivir nosotros los ¨vendedores de felicidad¨ tenemos que hacer, pasar o renunciar para que nuestra gente sienta por un par de horas esa adrenalina que lo llamamos diversión.
¿Pertenecer al mundo del entretenimiento es un pecado?. Categóricamente NO, lejos de ser juzgados, reprimidos o censurados, somos quienes apalancan al sector turístico, que gran falta hace.
Jueves 5 de marzo del 2020 la fecha exacta en que se daba la noticia en el Ecuador que nuestro sector desde ese día no podría volver a trabajar. Ambato no fue la excepción, un comunicado que a todos nos cogió de sorpresa y hasta el día de hoy no tiene fecha de caducidad.
No entendíamos, ni estábamos preparados y todo apuntaba a un encierro colectivo.
Las luces se apagaron, la música dejo de sonar, la pista de baile quedó vacía… los parlantes, los micrófonos, los DJ´s y animadores, todo se paralizo dejando un silencio en ¨la voz de los que no tenemos voz¨. La fiesta, los amigos, los momentos que cada fin de semana preparábamos se postergarían por un largo tiempo.
Han pasado algunos meses y las cuestiones llegan a la mente. ¿Cómo en un pequeño espacio puede caber tanta alegría? ¿Cómo algo invisible logro paralizar al mundo?
Los recuerdos sacan a flote una frase ¨trillada¨ pero muy cierta, éramos felices y no lo sabíamos, donde cada foto deja en evidencia las sonrisas, un buen baile, una buena compañía, un gran abrazo de gol que le dabas a tu pana que quizás le vez todos los días pero se sentía diferente por que estabas en ese pequeño lugar, las charlas interminables con tu grupo de amigos, las velas, el cumpleañero, esa canción que te hacia reír o llorar… ese grito del animador: ¨Donde están las mujeres solteeeeras¨ y que sin duda de tanta euforia hasta los hombres gritaban.
Y si, se puso una pausa…. aceptamos esa pausa, porque nosotros los vendedores de alegría también asimilamos el problema, nuestra obligación es con ustedes, de cuidarte a ti y a nuestras familias y por eso también nos quedamos en casa.
Volveremos más fuertes, volveremos a llenar de luces tus eventos, volveremos a capturar tus mejores momentos y guardarlos en recuerdos, volveremos hacerte bailar, a compartir a soñar a festejar tus logros y ser parte de tus éxitos.
Trabajaremos como siempre lo hemos hecho, con las mismas ganas, con la misma intensidad, con mucha más imaginación para poderte sorprender