En las buenas y en las malas.

Muchas veces confundimos la boda con el matrimonio, y al terminar el último baile y levantar la última copa, llegaremos con un compañero nuevo de casa, con alguien distinto para iniciar la aventura de conocerlo sin filtros. Escoger a un compañero o compañera de vida es una de las decisiones más importantes. En tiempo de incertidumbre será esa persona la que en medio de la guerra estará contigo recibiendo las balas, o en casa viviendo la pandemia. Ahora, la emergencia sanitaria no es una señal para tomar a tu pareja de la mano y casarse por que “quien sabe que pasará”, más bien es importante verla como una oportunidad para conocer a tu pareja ante las situaciones difíciles Tal vez ahora es necesario abordar esos temas que se negaban a hablar, mejorar esas actitudes negociables y no negociables que necesitan perfeccionar. Puede que este momento de pausa mientras están alejados, les permita fortalecer la idea de que están totalmente seguros de querer estar juntos.
Y es verdad que esperabas una gran recepción con cientos de amigos, pero el tema de la limitante de espacio y personas puede ser una gran noticia, te permite compartir el inicio de tu familia con aquellos realmente importantes para ti y tu pareja. Puede que mientras lees este texto tu ya tengas ese hermoso anillo de compromiso en tu dedo y solo estés esperando por el gran “Acepto”, y tal vez hoy las cosas cambiaron completamente a lo que imaginabas para ese día, pero estoy segura que nada de esto ha cambiado el amor que sientes por tu pareja, y seamos sinceros aún sin estar casados han atravesado la primera situación difícil del matrimonio: en las buenas y en las malas, en la salud y enfermedad, cerca o lejos. La Biblia dice que las muchas aguas ni los ríos podrán apagar el amor, así que hoy puedes sentirte orgulloso de que en tiempo de pandemia y enfermedad, tu amor no se ha apagado, y disfrutar el camino tal como viene permitiéndote ver lo bueno incluso cuándo parece no existir.