La memoria de un músico

Todos nacemos con un don y ese don viene acompañado de un sueño, el mismo que nace jugando desde niños transformando las ollas del hogar en batería o un cepillo en micrófono, soñando con grandes escenarios, con luces, o siendo parte de un espectacular acompañamiento musical disfrutando de la alegría del público que va coreando nuestras canciones.
Sin olvidar la influencia musical, de aquellos que hemos nacido en cuna de artistas es imposible no amar el arte, ya que por nuestra sangre corre el amor a la música, es así como se va alimentando un sueño, al crecer pocos tenemos la dicha de materializarlo con el apoyo de la familia, con perseverancia, convicción y estudio llegamos a profesionalizarnos como lo soñamos, ser grandes artistas.
La experiencia que se adquiere con el tiempo es importante, dejamos lo mejor de nosotros en cada presentación, en las bodas nuestro lema es “solo se contrae matrimonio una vez, y siempre debe ser recordado”, dejamos nuestra impronta en cada presentación.
Cada presentación, en cualquier ciudad la llevamos en nuestros corazones y en nuestra mente, en particular cuando sentimos el cariño de la gente, en retribución a nuestra presentación, asisten familias, amigos y foráneos del lugar donde nos presentemos, con algarabía celebran y con la candidez de cada una de las ciudades nos abrigan logrando sacar lo mejor de nuestros repertorios.
El reloj recorre lentamente mientras las personas reconocen el talento, hemos dejado a nuestras familias atrás, son varias horas invertidas en cada presentación, los amenos ensayos entre todos ahora están ausentes por una pandemia que no discrimina, nos ha puesto en pausa repentina, sin darle tiempo al animador que se suba al escenario, dejando en silencio a todo el mundo. Pero el ingenio ha podido más, hemos cogido el micrófono, hemos encendido nuestros teléfonos y desde nuestras habitaciones, salas o terrazas, hemos imaginado gigantescos escenarios y con la misma afición hemos entonado nuestras mejores melodías, haciendo este confinamiento mucho más llevadero
No somos galenos y no tenemos la cura para el coronavirus, pero de algo si estamos seguros. Nuestra música curará los males del alma