En una soleada mañana de ciclismo el destino de dos personas se cruzó para siempre. Renata gustaba de practicar este deporte, en cierta ocasión, luego de una ruta de entrenamiento Diego se ofreció a llevarle a su casa y desde ese momento algo despertó entre ellos. Diego debia cumplir un compromiso en Quito y estaba ataviado para la ocasion.
Quedo impactado con la belleza de Renata. Mientras la llevaba a su domicilio, disfruto cada minuto de su compania con charlas amigables que avivaron más sus sentimientos. Pero ambos decidieron callar, ademas Renata debia irse por un tiempo a Estados Unidos, mientras el viajaria por negocios por varios lugares de Asia.
Pese a esa aparente ruptura de destinos, Diego estando en Tailandia decidio escribirle por Messenger. Asi construyeron una amistad forjada con mensajes de texto y fotografias instantaneas. Tenian gustos similares, incluso, sus carreras lo eran: ingenieros comerciales. Compartian tambien la aficion por los deportes y ese deseo insaciable por conocer más acerca de diversas tematicas.
Con el retorno de Renata al pais, se hicieron novios. Recuperaron el tiempo perdido con salidas continuas a conciertos, paseos y prácticas deportivas. Ambos se aproximaron tambien a sus respectivas familias.
Esa fusion de paciencia y madurez les ayudo a sortear problemas y fomentar una relacion de convivencia previa al matrimonio. En el 2012 salieron de gira por el mundo. Una suerte de combinacion entre trabajo y diversion. Al volver fortalecieron su relacion con el nacimiento de su primera hija: Sofia.